Escribe: Prof. Mauro Uscamayta H.
El Antisuyo, Kuntisuyo, Chinchaysuyo y Qollasuyo fue una unidad de roca, la primera con alta extensión hasta más allá del espacio andino, siendo el Cusco su centro, la cabeza y corazón de nuestra peruanidad, de nuestra nacionalidad, los auténticos nativos prontos para sacudirse del yugo español; los indios fueron los que contribuyeron en el proceso emancipador de la independencia del Perú. La juramentación el 28 de julio de 1821 en la plaza principal de Lima por el general don José de San Martín; fue después de más de 300 años de resistencia heroica, de los 12 millones de habitantes que tenía el Tawantinsuyo quedaron sólo poco más de de un millón, según los historiadores, han derramado ríos de sangre humana para buscar los caminos de dignidad y el concepto de Patria; recordemos las controversias trágicas de Wáskar y Atawallpa, las primeras escaramuzas es en el abra willk`e (Anta)donde mueren cinco chapetones, uno de apellido Marquina, los últimos inkas de Vilcabamba, en el de venir de la historia lucharon cada vez, cien mil indios libertadores frente a cuarenta mil empecinados invasores españoles, la rebelión formidable de José Gabriel Tupaq Amaru (4 de noviembre 1780- 18 de mayo 1781) son guerreros por herencia y patriotas por constitución espiritual frente a la falacia de los españoles cuando firman por la paz el 11 de diciembre y 27 de enero de 1781 para dejar en libertad momentánea a Juan Bautista Tupaq Amaru, al niño Mariano Tupaq Amaru y Cristóbal Tupaq Amaru mientras capear el peligro inglés, después descuartizan en la cincha de cuatro caballos a Pedro Vilca Apaza de Azángaro, en Ch`umpi Willkas a Tomás Parvina y Francisco Bermúdes quienes mueren peleando. El Virrey Jáuregui trama una supuesta conspiración, hay 130 presos en el Cusco, 19 de julio de 1783 ejecutan en la plaza Regocijo a los cuatro hermanos: Lucas Jacinto, Simón, Lorenzo y Ramón Jacinto Condori, a Marcela Castro igual que a su hijo Diego Cristóbal Tupaq Amaru, por pedazos hacen arrancar carne con tenazas al rojo vivo, después de arrastrarlos a la cola de una bestia por las calles del Cusco, a Cecilia Tupaq Amaru antes de asesinarla la hacen pasear desnuda en un burro. El 6 de agosto de 1783 fueron llevados encadenados a Lima para después embarcarlos en dos navios 78 patriotas: hombres, ancianos, mujeres y niños por el delito de ser Tupaq Amarus; llegando solo a los puertos de España menos de una docena por haber sufrido de tormentas y vejámenes(John V. Murra, B. Lewin 1957, D. Valcárcel, Jorge C. Bourungle). En la travesía murió envenenado Mariano Tupaq Amaru y Andrea Uscamayta (en la altura de Río de Janeiro), el último hijo del Inka, Fernando Tupaq Amaru muere a los 26 años de 1798 en las mazmorras españolas de hambre y tuberculosis. Cuando han pasado más de 30 años del sacrificio de Tupaq Amaru, el mimado de los invasores se subleva ya viejo, Don Mateo Pumakhawa Chinwantito, sin haberse asustado de las ejecuciones en el Cusco de José Manuel de Ubalde, de José Gabriel Aguilar el 5 de diciembre de 1805. No podemos dejar de mencionar el Acta de Ayuntamiento realizado en el convento de la Meced con la asamblea magna del 7 de febrero de1813 para poner en libertad a los presos doctores Ramírez de Arellano, Manuel Borja, los hermanos José Vicente, Mariano Angulo, los curas patriotas José Díaz Feijoó, Ildefonso de las Muñecas
(cura revolucionario, de proclamas ardientes movilizó las tropas con éxito en Puno y La Paz junto con el capitán Pinelo), José Agustín Chacón y Becerra, su hermano Mariano, don Gabriel Bejar, Juan Carbajal, Matías Lovatón, Marcelino Vargas, esos años hubo traidores que los denunciaron como Mariano Zuvizarreta, Mariano Arriaga y un tal José Cáceres. El apoyo incondicional del obispo doctor José Pérez de Armendáriz quién había manifestado “Si Dios pone una mano sobre las cosas de la tierra, en revolución del Cusco, había puesto las dos” El 3 de agosto de 1814 atacan al cuartel invasor José Angulo, Manuel Hurtado de Mendoza y José Gabriel Béjar con anuencia del brigadier Pumakhawa, faltaban elementos de combate pero sobraban gente y decisión para luchar hasta la muerte(el argentino Belgrano comunica por carta la lucha con las fuerzas del Virrey Pezuela).
Los indios cusqueños (como Tïto Qosñipa) siempre hemos sido guerreros por herencia, por milenario ancestro; el rojo de nuestra bandera es la sangre de los que saben como se combate, no les da miedo los suplicios, las privaciones, ni martirios, ahí está José Pinelo, el canónigo Muñecas, las refriegas en la hacienda “Matará”, de Andahuaylas… Los pobladores del Cusco ya no quieren “vivir de rodillas, odian la servidumbre, aman la libertad y la dignidad” los Ch´umpi Willkas, los K`anas van a Tupay o guerra en sus caballos y sus pututos, liwis, manejan los cañones llamados: “Vivirones” fundidos con el bronce de las campanas del Cusco, resultaron muy buenos en momentos necesarios. Pumakhawa ya se moviliza primero con cinco mil hombres, después ya eran doce mil y otros voluntarios con sus propios caballos y armas. Los invasores son derrotados en Apacheta de Arequipa y proclama la independencia de la ciudad; el 13 de noviembre se oficia la misa por la libertad de la Patria , Pumakhawa hace su testamento y sabe que será difícil salir con vida, no faltaron traidores como los espías Menaut y Moscoso. Don José Angulo refuerza a Sicuani con 10 mil hombres, mientras tanto levanta motín en Cusco un tal Ruíz Caro para después huir a Arequipa donde estaba el general español Juan Ramírez.
El 11 de marzo se realiza la batalla de Umachiri donde es fusilado el joven poeta Mariano Melgar y Coronel Dianderas, el yerno de Pumakhawa. El 17 de marzo de 1815 en el arco de la plaza de Sicuani es ejecutado don Mateo Pumakhawa Chiwantito. El 29 de marzo en la plaza mayor del Cusco los hermanos José; Vicente y Mariano Angulo, Mateo Gonzales y José Gabriel Béjar. El 18 de abril de 1815 es sacrificado don José Agustín Chacón y Becerra en la plazoleta de Almudena.
Nunca se dirá, en forma completa y verídica las gestas y epopeas de nuestros Precursores, cuando hoy estamos perdiendo nuestra ideología, nuestra alma patriota, no mantenemos ese espíritu guerrero de nuestros antepasados en esta sociedad subdesarrollada, dependiente, dentro del capitalismo globalizado y neoliberal galopante. Otro sí digo: el sábado 28 de julo de 1821 en el tabladillo de San Martín no aparecía un solo nativo auténtico frente a otros criollos que sí, se habían cambiado de fachada para acomodarse y…. Punto.
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